sábado, 3 de diciembre de 2011

La matanza de Katin: justicia histórica

Fue uno de los mayores genocidios del Ejército Soviético durante la Segunda Guerra Mundial

Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda Nazi, dijo aquello de ‘repite mil veces una mentira y se convertirá en verdad’. El siniestro personaje, uno de los más reaccionarios del gobierno de Hitler, fue, sin duda, uno de los más inteligentes y astutos del mencionado gobierno y su estrategia propagandística marcó escuela. Pero por el lado soviético no anduvo la cosa muy dispar. La NKDV, luego conocida como KGB, tuvo un instrumento propagandístico que no se quedó a la zaga.

La matanza de Katin

En 1940, en el bosque polaco de Katin, los soviéticos realizaron, eso sí con armamento nazi, para hacer creer que habían sido ellos, una de las matanzas más deleznables de la Segunda Guerra Mundial. Exactamente, en el periodo del 3 de abril al 19 de mayo, fueron ejecutadas alrededor de 21.500 personas, muchos de ellos oficiales y soldados del Ejército Polaco. Unos 6.000 en el campo de concentración Ostashkov, unos 4.000 en el campo de Starobielsk, unos 4.600 en el campo de Kozielsk y otros 7.000 en territorios de Bielorrusia y Ucrania.

La mentira soviética

Durante más de cuatro décadas el pueblo polaco y la opinión pública mundial culpó a los nazis de la matanza de Katin. La propaganda del gobierno de Stalin, tan bien estructurada como la nazi, tuvo a todos engañados durante todo ese tiempo. A nivel oficial la situación dio un vuelco cuando, en 1989, Mijail Gorbachov, líder soviético, reconoció la responsabilidad de la URSS en aquellos lamentables hechos llevados al cine por el célebre director Andrzej Bajda.

Justicia histórica

Se habla mucho de memoria histórica. Hechos como el Katin demuestran que nunca es tarde para reconocer culpas y, sobre todo, para pedir perdón. Hace unas semanas el líder ruso Vladímir Putin, junto al gobierno polaco, participó en un homenaje, en Katin, en el monumento construido en honor a las víctimas, para honrar la memoria de los asesinados. Pidió perdón y reconoció los hechos. Sin duda, es una actitud justa, honrosa y ejemplar. En España, al terminar la Guerra Civil, la dictadura franquista aniquiló a un total de 150.000 personas, de forma sistemática. Ya va siendo hora que se tome nota de la actitud del gobierno ruso y, que de forma oficial, se les rinda un merecido tributo a todos las víctimas del franquismo.

El destino se llevó a Lech Kaczynski

Días atrás el presidente polaco, casi la totalidad de su gobierno y los principales jefes militares de Polonia, perdieron la vida al estrellarse su avión cuando efectuaba la maniobra de aterrizaje en el aeropuerto de Smolensk. Todos ellos iban a participar, en Rusia, junto a representantes del gobierno ruso, en un gran acto homenaje a las víctimas de la matanza de Katin. Sin embargo, el destino se los llevó. Se los llevó para siempre. Al igual que a todas las víctimas de los diferentes genocidios que han jalonado la historia de la humanidad.

Foto Joseph Stalin, Archivo Agencia Febus







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