El descubrimiento de Adolfo Robles
Recuerdo cuando mi compañero de colegio Pedro Herrera, allá por 1985, me invitó a su casa, nos acompañó José Rafael Delgado, otro compañero, los tres éramos amantes de la cultura física y las artes marciales. Habíamos quedado para practicar unas cuantas katas de kárate. Cuando pasé a la habitación de Pedro me quedé fascinado por una escultura. Una escultura, repleta de arte, oficio y técnica excelente. Una escultura de Bruce Lee. El detalle, la expresividad, la muscularidad microscópica de sus deltoides, trapecios, dorsales, pectorales, bíceps, tríceps, antebrazos, lumbares, oblicuos y abdominales, me dejaron impresionado. Ese día descubrí a Adolfo Robles, uno de nuestros más relevantes escultores y dibujantes.
El destino
Al poco tiempo leí en una revista el reconocimiento que estaba alcanzando Adolfo Robles en EE UU. Suele pasar, España no sabe a valorar a sus artistas hasta que obtienen éxito fuera. Hombres como Joe Weider han mostrado una gran admiración por sus esculturas, entre ellas, las de Boyer Coe o Hércules Viejo. Nunca imaginé que años más tarde le llegase a conocer, de la mano del gran Eduardo Franco, y, además, nunca pensé que llegaría a entablar una relación de amistad que hoy me llena de orgullo y satisfacción. Orgullo también ha sido diseñarle su página web http://www.adolforoblesrealisticart.com. En la misma uno puede comprar reproducciones de sus magníficos retratos de personajes de la talla de Beyoncé, Michael Jackson, Daniel Craig (James Bond), Barak Obama, Alfonso Gómez o Salvador Ruiz. También se pueden encargar retratos. Qué mejor regalo que un retrato… ¿dos retratos? seguro que sí. Yo encargué el mío. Hoy lo he recibido.
Mis abuelos inmortalizados por un artista amigo
Ya saben que llevo tiempo recuperando el legado mis abuelos, Avelina Ranz, gran luchadora antifascista en la guerra civil, no en vano, formó parte de la Alianza de Mujeres Antifascistas, y que, además, fue pionera de la “Campaña contra el Hombre” y le puso su nombre actual “Manos Unidas”, ganando un concurso nacional, y, como no, Jaime Menéndez “El Chato”, el primer español redactor de The New York Times, director de El Sol, preso político en un campo de concentración y gran luchador de las libertades en la España de Franco, desde el diario España de Tánger. Me siento muy orgulloso de mis abuelos. Y me siento muy orgulloso del gran trabajo de Adolfo Robles que los ha inmortalizado para la posteridad. Las comparaciones son odiosas, pero solo hay que comparar la fotografía con el retrato para percibir las grandes dotes artísticas de Adolfo Robles. Sobran las palabras, busquen, comparen y si encuentran algo mejor háganmelo saber. Pero un consejo… no busquen, no lo encontrarán.
Febus
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