viernes, 3 de abril de 2009

SANTIAGO CARRILLO VETADO EN EL ATENEO

Hace, curiosamente, 70 años que la Guerra Civil Española finalizó... ¿o no?
A partir del 1º de abril de 1939, los vencedores, es decir, los rebeldes que se sublevaron a la legalidad vigente, comenzaron otra guerra. Otra guerra de tortura, opresión, represión y, en muchos casos, aniquilamiento de los vencidos. De aquellos vencidos denominados rojos peligrosos. Sí, rojos sí, pero ya desarmados y cautivos... ¿peligrosos?
Desde el fin de la guerra -y aunque se sigue investigando- se fusilaron sistemáticamente más de 150.000 seres humanos. Y si pudiésemos preguntar a esos asesinados cuándo termino la guerra, muchos responderían que el día de su fusilamiento... ¿o no? Es decir, para unos la guerra habría terminado en 1941, para otros en 1943, para otros en 1953... y para Julián Grimau, en 1963.
Estos y otros interrogantes de la conflagración española iban a ser resueltos el próximo 27 de abril en el Ateneo de Madrid, de no ser por la prohibición de algunos miembros de su órgano directivo, entre ellos, su secretario, Daniel Pacheco. Y ¿por qué? Pues por la presencia en el mencionado acto del nonagenario Santiago Carrillo. Y es que han esgrimido que la presencia del escritor puede perjudicar a su candidatura en los próximos comicios electorales, en la docta casa del Ateneo de Madrid. Es decir, al más puro estilo franquista, se ha vetado a un “rojo peligroso” para no perjudicar los intereses personales del señor Pacheco y compañía. Es decir, anteponen su codicia al interés general y cultural. Ateneístas ilustres como Manuel Azaña, Juan Negrín, María Zambrano, Enrique Tierno o Miguel de Unamuno se echarían las manos a la cabeza y dirían: “venceréis pero no convenceréis”. Incluso José Luis Abellán, insigne intelectual Presidente del Ateneo, que apoyaba el evento, se ha quedado de piedra ante tal injusticia.
El citado acto lo organizaba la Agencia Febus, refundada hace un año para recuperar a intelectuales de la Segunda República, Guerra Civil y Franquismo, y había conseguido reunir –además del mencionado Santiago Carrillo- a Antonio Granados Valdés, nonagenario, pintor, escritor, dirigente de las JSU, condenado a muerte por el franquismo, torturado, preso político y –en el exilio- director de la División de Extensión Cultural de la Universidad Central de Venezuela y fundador junto con Eduardo Ortega Gasset de la organización antifranquista “Libertad para España”; a Jesús Caldas, de casi 90 años, cirujano de prestigio en EE UU, médico personal de Enrique Líster, Dolores Ibárruri y Rafael Alberti, entre otros, Premio León Felipe de la Paz 1998 y Premio Nobel –por Médicos por la Paz- en 1985 (es decir, el único Premio Nobel español con vida); a Jorge Martínez Reverte, escritor, historiador y periodista... y al ya mencionado escritor José Luis Abellán.
Como ven, en el Ateneo de Madrid siguen vigentes actitudes franquistas que no permiten al respetable disfrutar de una verdadera lección de historia. Lección de verdaderos maestros que con su saber hacer demuestran que la pluralidad y tolerancia marcan sus caminos existenciales.
Desde estas líneas le queremos decir al señor Pacheco: “márchese señor Pacheco, márchese... ¡y los que le han apoyado también! Que queremos ver a Carrillo y los demás en el Ateneo”.

Juan Manuel Menéndez
Agencia Febus

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