Muchos son los que, hoy en día, creen que los esteroides anabolizantes no producen daños
colaterales para la salud, que controlando las cantidades suministradas no hay
peligro. Sin embargo el gran número de muertes por infarto, en estos últimos lustros,
de culturistas, relativamente jóvenes, que habían usado este tipo de sustancias
dopantes, ha provocado que la ciencia investigue a fondo para corroborar si
realmente existe una relación causa efecto.
Hace no mucho tiempo publiqué un estudio que realizó el
doctor Aaron L. Baggish de la Escuela Médica de Harvard, ubicada en Boston (EE
UU), que concluía que usando esteroides anabolizantes, por una cantidad de 675
miligramos semanales, durante varios meses se producían reducciones en la función
sistólica del ventrículo izquierdo de tal magnitud que incrementaban el riesgo de fallo cardiaco o
muerte súbito.
Hoy, le toca el turno al doctor
Michael Ho, uno de los responsables del Sistema de Salud de Veteranos de EEUU,
y que acaba de publicar un estudio en la prestigiosa revista JAMA. El mencionado
estudio se ha basado en estudiar a 7489 varones que fueron sometidos a una
terapia para suplir su déficit de testosterona pero sin usar esteroides, y en
estudiar a 1223 personas que sí los usaron,
y el resultado, independientemente de la cantidad suministrada y de sí
tenían algún tipo de patología coronaria, es palmario: el riesgo de sufrir un
ictus o un infarto fue un 29% mayor en aquellos que usaron esteroides
anabolizantes.
Así pues solo hay que dejar que
la ciencia haga su trabajo para enseñarnos los peligros que encierran este tipo
de drogas.
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