jueves, 4 de febrero de 2010

La revista "Muscle & Fitness" habla de "La epopeya del Chato”

mucle&fitness 006 mucle&fitness 012

La revista Mucle & Fitness, la más importante del mundo del sector de la nutrición y el ejercicio, con una tirada mundial de 7.617.000 ejemplares –sí, han leído bien-, habla del libro La epopeya del “Chato” de A. Febus.

A. Febus es el pseudónimo de Juan Manuel Menéndez…

Hace la friolera de 22 años en la página 62 del número 76 de la revista Muscle & Fitness, fundada por Joe Weider –padre del culturismo-, y editada en español por Rafael Santonja –actual Presidente de la IFBB, Federación Internacional de Culturismo-, su director Eduardo Franco escribía:

Un culturista natural auténtico:

Juan Manuel Menéndez. Es decir. Que nunca ha tomado… ni tomará esteroides. Juan Manuel Menéndez, subcampeón junior de Madrid, 1988, se prometió a sí mismo que lograría obtener su desarrollo máximo a base de trabajo esforzado y alimentación equilibrada, sin recurrir jamás a las ayudas que atacan tu salud y te hacen perder tu músculo y tu fuerza una vez que las dejas. Y lo ha conseguido: desde que empezó a entrenar ha pasado de 48 kilos ¡a 70!, fibrosos y proporcionados.

Hoy, repetimos, 22 años después, Eduardo Franco, escritor y gran intelectual, sigue siendo flamante director de Muscle & Fitness. Y hoy, en la página 165 del ejemplar número 318 –de la mencionada revista-, ha escrito –resumimos-:

De FORMA NATURAL Y… además HOMBRE de LETRAS

JUAN MANUEL MENÉNDEZ, culturista de vocación, siempre natural y en línea de progreso a través de los años… acaba de publicar un libro (“La epopeya del Chato”), dedicado a su abuelo, que adorna con sorprendente y exhaustiva documentación, cargada de datos inéditos de gran interés hasta ofrecer una magnífica reminiscencia de ambientes y personajes y un muy logrado recuento de la vida española en la República, la Guerra civil, la Posguerra y el Desarrollismo. Me ha impresionado. Vale la pena leerlo…

Sin duda, nos agrada, enormemente, que publicaciones dedicadas al fitness recomienden libros tan interesantes como La epopeya del Chato. La cultura no está reñida con el culto al cuerpo. Juan Manuel Menéndez lo demuestra en todo lo que hace. Entrena a diario. A sus 42 años está en una forma increíble con una pared abdominal digna de joven adolescente. Dirige su propio negocio. Un gimnasio de nombre DE FORMA NATURAL –ya se imaginan por qué-. Un gimnasio que a la vez es una biblioteca, museo, y la sede de la Agencia Febus. Organización fundada por él con el objetivo de recuperar a intelectuales, periodistas, artistas y escritores de la Segunda República, Guerra Civil y Franquismo ( http://www.agenciafebus.com/ ). En su biblioteca pueden encontrar miles libros. Algunos únicos y de viejo. Libros como La epopeya del Chato. Un libro sorprendente, lúdico, divertido, etc. Un libro en el que el autor narra la fascinante historia de su abuelo: Jaime Menéndez “El Chato”. “El Chato” fue, entre decenas y decenas de cosas, el primer español que formó parte de la prestigiosa redacción de The New York Times, el primer asturiano en dirigir, en Nueva York, el diario La Prensa –primer rotativo de los EE UU escrito en castellano-, director del diario El Sol, un republicano y, por ende, preso político durante un quinquenio franquista. Jaime Menéndez “El Chato”, desde su exilio en Tánger, fue el primero en hacer frente a la dictadura franquista con su mejor arma. Su pluma. Y lo hizo desde el diario España de Tánger. El heraldo más importante del franquismo.

Ya saben “Men san in corpore sano”. Si quieren pueden. Y muestra de ello es el excelente trabajo de Juan Manuel Menéndez o A. Febus.

Juan Ranz Fernández

Madrid, 4 de febrero de 2010

Nota: la fotografía de la izquierda es del número76 de “Mucle & Fitness”, la de la derecha es del número 318, la misma es obra del genial Antonio Muñoz de Mesa.

sábado, 30 de enero de 2010

Estreno, en Madrid, en el teatro “Arenal”, de “Torrijas de Cerdo” de Antonio Muñoz de Mesa. Nacen las Hermanas Marx!

torrijascafearenal 024                     torrijascafearenal 005

Teatro con mayúsculas, eso es lo que encontramos en “Torrijas de Cerdo”. El show está protagonizado por cinco talentosas actrices: Rosa García, Nines Hernández, Olga Margallo, Marina Raggio y Celia Vergara. Todas demuestran un gran oficio en su desarrollo interpretativo. Nos envuelven, nos hacen partícipes del espectáculo desde el primer momento. Un espectáculo con canciones muy pegadizas, graciosas y muy bien interpretadas. Lo demás es una amalgama de historias, reflexiones,   verdades   como puños –pero que nunca nos atrevemos a decir-, frases de todo tipo. De todo tipo, colores, sensaciones, matices humorísticos –sobre todo humor negro-, etc, pero con un denominativo común: la genialidad. Genialidad que nos recuerda a uno de los más grandes maestros de todos los tiempos. Y es que al escuchar: “Mi abuela era perfecta, mis padres son perfectos y yo soy perfecta. Soy como Dios con la única diferencia de que yo sí existo” -y otras tantas, y tantas frases-, a uno le viene a la cabeza Groucho Marx. Efectivamente este texto es tan espléndido que lo podía haber escrito él. Y, por ende, estas cinco chicas podrían llamarse “Las Hermanas Marx”. El autor del texto y canciones Antonio Muñoz de Mesa también a dirigido “Torrijas de cerdo”. Sólo nos queda felicitarle por su gran trabajo y, desde luego, hacerlo extensible a las “Hermanas Marx”.

A. Febus

28/01/10

jueves, 21 de enero de 2010

Entrevista a Juan Manuel Menéndez en "Punto Radio"

Entrevista al nieto de Jaime Menéndez, por Pedro Riba, director y presentador de "Luces en la Oscuridad", progama líder del fín de semana en Punto Radio. 3 de Junio de 2007. En aquel tiempo creía que mi abuelo comenzó su carrera periodística, en "The New York Times", en 1927. A posteriori descubrí, gracias a un documento, que fue en 1925. Las cosas de la vida...



www.Tu.tv

martes, 17 de noviembre de 2009

Despedida y cierre del último Zar del tenis mundial

“Es un imbécil”. Eso acaba de decir Marat Safin acerca de André Agassi. Y no es de extrañar. El americano acaba de publicar sus memorias. En ellas reconoce que se dopó, acusa –dando nombre y apellido- a la persona que le proporcionó las sustancias dopantes, reconoce que su positivo fue encubierto por la ATP –Asociación de Tensitas Profesionales-, reconoce que jugó con peluca –allá por 1997-,... y reconoce otras sandeces más que le dejan en muy mal lugar. Agassi ha recibido un aluvión de críticas por sus comportamientos. Y ahora pide clemencia. Entienden ahora por qué Safin le llama imbécil? Y es que Marat –nombre puesto en honor al revolucionario Francés- es, sin duda, genio figura. El tenis moderno ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Antes los jugadores se retiraban –en su mayoría- cerca de los 35 años. Nastase, Vilas, Connors u Orantes son buena prueba de ello. Hoy lo ha hecho, a los 29 años, Marat Safin el último Zar del tenis. Ha sido en París. Durante la celebración del Torneo Master Series. Jugó su último partido como profesional ante el argentino Juan Martín del Potro, número 5 del mundo. No lo hizo nada mal. Incluso tuvo sus opciones de ganar. Se enfadó. Como de costumbre. Y como de costumbre... tiró la raqueta al suelo. Una y otra vez. Le echaremos de menos. Se retira con un palmarés digno de encomio. 17 torneos ganados. 2 Copas Davis, 8 ATP Tour, 5 Master Series y 2 Grand Slam: El Open de Australia, en 2005, y el Open USA, en 2000, derrotando al todo poderoso Pete Sampras. Con esa victoria alcanzó en número 1 del tenis mundial. Hoy Marat Safin ha recibido, al final del partido, la llave del Palacio Omni Sport de París. Justo homenaje con la presencia, entre otros, de Albert Costa, Tommy Robredo y Marc Rosset –campeón olímpico en 1992-. Tras 15 años como profesional hoy despedimos al ruso –español de adopción, ya que se forjó tenísticamente en Valencia- Marat Safin. El último Zar del tenis mundial.

A. Febus

¿Un pájaro? ¿un avión? ¡no! ¡es Michael Jackson!

No me gusta contarles cosas de mi vida. Cosas cotidianas que rodean mi existencia. Mi abolengo es jalón fundamental para no compartir mis interioridades. Un jalón que espeta humildad. De ahí mi aversión a este tipo de confesiones. Pero hoy ha sido un día diferente. Un día en el que me siento “dangerous”. Madrugué, me aseé, que hay que ir limpio en estos tiempos que corren. Desayuné. Mis cereales, mi leche de almendras –la leche de vaca es mortal, y todavía quiero durar un tiempito-, mis uvas –elixir antioxidante y antienvejecimiento-, mi batido de proteínas y mi cápsula de colágeno –ya lo decía Superratón: “No olviden supervitaminarse y mineralizarse”-. En bicicleta, me fui a las pistas de tenis para ejercer mi derecho a imitar a Rafael Nadal... pero sin llamarme Rafael y sin apellidarme Nadal. Luego a trabajar, dando mis clases de entrenamiento personal y mis masajes. Más trabajo. La comida – no les aburriré más-, y más trabajo... normalmente mi jornada laboral termina a las 22:30. Pero hoy ha sido diferente. Por casualidad o “causalidad”... tengo tres clientes de vacaciones. Y ello me ha permitido finalizar mis tareas profesionales a las 18:45. Qué jarana! Qué alegría! Champagne! Champagne! La ocasión bien merecía un celebración. Una celebración peculiar. Una celebración “black”. Una celebración “white”. Una celebración “Black or white”. “Ji, ji, ju”. Sí, amigos. Me he ido al cine. A ver “This is it”. La película de Michael Jackson. Para tan digna ocasión he seleccionado un cine de la Gran Vía madrileña. Un cine histórico. Histórico como la ocasión. No quería ver esta película en una de esas salas modernas. Automatizadas hasta la médula y deshumanizadas hasta las entrañas. Quería verla en un cine con olor a antiguo. Con olor a abuela. Con olor a abuelo. Con olor a imágenes pasadas. Imágenes de infancia. Imágenes de antaño. Me senté, en la fila 11, butaca 5 –por el glúteo te la...-. Poco a poco el cine se fue llenando. Levanté la vista y noté la presencia de la actriz Silvia Abascal. Acompañada de su madre –supongo- y de otra persona... Impaciente me sentía. Impaciente por el comienzo del largometraje. Se hizo la oscuridad. Y “Ji, ji, ju”. Desde la cabina de proyección el halo de luz impactó el final de su trayectoria en la pantalla. Y... ahí, delante nuestro, como por arte de magia, estaba el rey. Decían que estaba acabado. Que no podía con su alma. Que su mente ya no coordinaba. Que no aguantaría tanto ensayo. Se dicen tantas cosas que no son... Pero no. No señores. No estaba acabado. Quizás demasiado delgado. Pero era un ectomorfo. Y los ectomorfos son así. En el momento del rodaje de la película Michael Jackson tenía 50 años. Rebosaba energía por los cuatros costados. Ganas, juventud, ilusión, organización –mental, física y coreográfica-, genio, mucho humor –hemos descubierto su sorna- magia, magnetismo, carisma, control, etc. Y talento. Sí, señores. A sus 50 años le he visto como nunca. No era un pájaro, no era un avión, no era Superman... era Michael Jackson. “Ji, ji, ju”. Coreografías nuevas. Más completas, más originales, más artísticas. Su voz limpia, eléctrica, viva. Después de verle tan fuerte... me da rabia. Rabia porque ahora tengo más claro que su muerte fue un homicidio... pero eso es otra historia. Y la historia nos ha permitido coincidir en el tiempo con el artista más grande de todos los tiempos. Y eso es todo un premio. Tendría sus rarezas. Sí, eso que alguien, de cuyo nombre no quiero acordarme, llamaba “el reverso tenebroso de la fuerza”... pero no cabe duda que su legado es un privilegio para todos nosotros. Su legado es oro. Y como oro hemos de tratarlo. Ahora sólo nos queda cumplir su última voluntad: salvar el planeta. Salvar el planeta de la mano destructora del hombre... te –permite el tuteo- apuntas? “ji, ji, ju”. Un servidor ya lo ha hecho.
¿Entienden por qué hoy ha sido un día diferente?

A. Febus

Madrid ha disfrutado de la genialidad de Kevin Spacey














Hoy, en Madrid, en Palacio de Congresos de IFEMA, hemos podido conocer a uno de los grandes artistas del panorama internacional. Hablamos del genial Kevin Spacey. Ha mostrado sus grandes dotes de cómico imitando a Jack Lemmon. Lemmon ha sido para él un maestro en todos los sentidos. Pero sobre todo en lo humano. Sus consejos han jalonado su trayectoria profesional. Después de una conferencia llena de compromiso cultural, Spacey ha sido entrevistado, para deleite de los presentes, por Manuel Campo Vidal. El actor nos habló de su último proyecto cinematográfico. Esta vez en calidad de productor. El largometraje, en cuestión, habla de los fundadores de la red social “Facebook” y sus vicisitudes para lograr de la mencionada red un éxito global en las nuevas tecnologías. Pero, sin duda, el momento más brillante ha sido cuando el señor Spacey ha pedido agua. Eso sí, lo ha hecho a través de la intérprete que le escuchaba por medio de unos auriculares. Al rato apareció una joven con una botella de agua. Y el señor Spacey se la ha servido a la asturiana. A escanciado agua, con maestría. Como si fuese un asturiano más. Ahora bien, empapó la mesa. La mesa y la carpeta de Manuel Campo Vidal. Pero no dudó en “escurrirla” para dejarla libre del mencionado líquido. En otro momento de genialidad el señor Spacey –que habló, en todo momento, en inglés- comentó que sabía perfectamente hablar español, pero que en ese preciso momento... se le había olvidado. Genio y figura. Entre todas sus elocuentes frases destacamos una: “la cultura es la mejor embajadora de la condición humana”...
Este acto forma parte de FICOD 09 –foro internacional de contenidos digitales-. Organizado por el Ministerio de Industria. El mismo fue presentado por Cristina Villanueva y contó con dos ponentes de lujo: Ángeles González Sinde –Ministra de Cultura- y Miguel Sebastián –Ministro de Industria-. Destacaron la importancia de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos de nuestra sociedad...
Pero ... si en Asturias escancian sidra... en Madrid... un tal Kevin Spacey escancia agua... Alguien da más?

A. Febus