domingo, 19 de diciembre de 2010

La Historia del Fisicoculturismo Español y la camaradería

Hubo una época, no muy lejana, que culturismo era sinónimo de amistad, solidaridad y compañerismo, hoy, gracias a internet, se recuperan esos valores

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Ya sabéis, permitid el tuteo, aquellos que conocéis mi trabajo, que no suelo hablar de asuntos personales.... pero la ocasión bien lo merece. Gracias a mi trabajo desarrollado en la página de Facebook “La Historia del Fisicoculturismo Español” he podido entablar amistad con campeones y aficionados de este deporte que merecen mi más profundo agradecimiento y admiración por su amabilidad, solidaridad y camaradería. Estos rasgos del comportamiento humano habían jalonado el culturismo de los años 60, 70, 80 y 90. Hombres como Salvador Ruiz, Jaime Gallostra, Adolfo Robles, José Viñas o Baldo Lois, todos grandes campeones del culturismo español, me contaban que lo más interesante y gratificante, de sus años como atletas de competición, era la existencia de una gran camaradería entre ellos que hacía de cada campeonato una experiencia inolvidable.

En los últimos quinquenios parece que el culturismo de competición se ha convertido en una carrera individual y egoísta donde  los rasgos, anteriormente mencionados, brillan por su ausencia. El gran campeón Eduardo de la Asunción me decía, hace unas semanas, que no entendía que hoy el competidor sube a la plataforma, posa, y se marcha al terminar su categoría, sin esperar a ver el resto de atletas. Eso nunca ocurría antes porque eran camaradas y disfrutaban con el trabajo realizado por los demás compañeros.

En estos últimos tiempos pensé que la camaradería culturista había desaparecido por completo... o casi.

Como sabéis acabo de terminar el rodaje de del documental “Francisco del Yerro, El Mito”, he tenido que entrevistar a muchos ilustres personajes del culturismo español, Fernanda Gómez, Salvador Ruiz, Rafael Santonja, Alberto García, Carlos Flórez, Lucio Doncel, Vicente Mena, Ana rosa Estepa, Paloma Ramos, Jorge Serrano, Alfonso Gómez, Víctor Barrios, Adolfo Robles, José Viñas, Virginia Sánchez, José Cano, etc. Todos han tenido hacia mi un trato exquisito, un altruismo digno de encomio, incluso alguno de ellos, como Jaime Gallostra, me recibió en su casa como a un hijo, sin conocerme de nada.

Hace unos días anduve, en Elche, en el VII Campus Training, organizado por Emilio Martínez. Emilio nos trató de forma especial, nos dejó entrar en su casa para sentirnos uno más de su familia, ofreciéndonos manjares típicos de la tierra para jalonar su generosidad y saber hacer.

Hoy, en el tren, de camino a casa, escribo este artículo. Vengo de León. Vengo de asistir a un seminario del campeón del mundo junior 1986 Arturo García, hacía 11 años que no nos veíamos, pero somos culturistas, culturistas que recibimos el testigo de los campeones anteriormente citados, culturistas que entendemos que nuestro deporte es una conjunción de simetría, proporción y arte, culturistas que al vernos de nuevo, después de más una década, insisto, nos hemos abrazado como familiares queridos. Y es que la familia culturista es una realidad que perdura más allá de los días, los meses o los años. Ha sido una experiencia inolvidable. Escuchar a Arturo García demuestra que mi teoría es cierta, los grandes campeones son grandes intelectuales. Los grandes culturistas lo son, sin duda. Como dije, el seminario se ha desarrollado en León, esta bella y noble ciudad, con espíritu medieval, repleta de arte, cultura e historia. Dos amigos: Pilar Valladares, culturista natural, con un desarrollo muy estético y proporcionado, y David Salvadores, gran entusiasta de este deporte y colaborador de la Agencia Febus, que he conocido gracias a mi trabajo de “la Historia del Fisicoculturismo Español”, han ejercido de anfitriones enseñándome la ciudad, llevándome a pueblos idílicos, como Castrillo de los Polvazares, donde la arquitectura ancestral nos evoca a tiempos del pasado, y donde la típica gastronomía del Cocido Maragato jalona su exquisitez. Pilar y David me han hecho sentir como parte de su familia, ambos me han demostrado que la camaradería culturista sigue viva y coleando, aunque parezca que muchos se han olvidado. Creo que si todos ponemos nuestro granito de arena podremos recuperar esa cualidad que jalonó un tiempo donde lo importante en el culturismo era la simetría, la estética, la proporción, la cintura estrecha y la camaradería.

A. Febus

Fotos: Pilar Valladares, David Salvadores y A. Febus

 

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