jueves, 12 de agosto de 2010

Los sueños se cumplen… ya lo creo

Un día de cuyo nombre no quiero acordarme, después de un duro, ya lo creo, entrenamiento de cuádriceps,  tuve un sueño. Un sueño mágico. Un sueño increíble. Un sueño que hoy se ha cumplido…

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“Ensayo sobre la ceguera”, una de las obras maestras de la literatura. Obra del ilustre compañero de viaje José Saramago. La librería Fuentetaja de Madrid, sita en el número 35 de la calle San Bernardo. Mi librería favorita. Allí compré otro de mis libros favoritos: “El año de la victoria” del insigne Eduardo de Guzmán, escritor y periodista, en los años treinta, del diario “El Norte de Castilla”, vinculado a la CNT, y, además, preso político en el franquismo por su rojerío peligroso. Curioso, ni era rojo, ni era peligroso, sin embargo pasó los peores días de su vida en el Campo de Concentración de Albatera, rodeado de miles y miles de rojos peligrosos… Pero, bueno, olvidemos los oscuros latigazos de franquismo y ocupémonos del presente… eso, sí, pero sin olvidar el pasado…

Pues ya ven, un día soñé que veía mi libro en el escaparate de la librería Fuentetaja flanqueado por “Ensayo sobre la ceguera”. El otro día Inma Martín, alumna, amiga y chatista (ferviente seguidora de “El Chato”), me dijo:

“Juanillo –así me llama desde que se leyó “la epopeya del Chato”-,  tu libro está en el escaparate de Fuentetaja”.

“No me lo puedo creer” –pensé-. Hoy, ansioso como un niño de cinco años, he partido con dirección a la mencionada librería…

“¡Leche!” –exclamé en voz alta-. Un transeúnte,    me    miró  sorprendido,   seguro   que pensó “qué tío más raro, mira un escaparte de libros y dice leche”. Pero servidor seguía a lo suyo, observando el mencionado escaparte de la librería Fuentetaja. Sí, señores, y ahí estaba mi libro, ahí estaba “La epopeya del Chato”, ahí estaba mi añorado abuelo, otro rojo peligroso. Observé sus vecinos más próximos. Y ahí  flanqueando a “La epopeya”: “Ensayo sobre la ceguera”. No me podía creer, mejilla, con mejilla, juntos, unidos, tal y como lo soñé. No perdón, mejor. Porque en el escaparate compartiendo tarima había otros títulos de ilustres escritores: “El Asedio”, de Arturo Pérez Reverte, “El Cuaderno” y “El Viaje del Elefante”, del mencionado José Saramago, “Aire Nuestro” de Jorge Guillén, amigo de mi abuelo, hoy el destino los ha vuelto a unir, “El Camino” de Miguel Delibes, etc, etc, etc. Sin duda, mucho mejor que mi sueño. Sin duda, hoy se ha hecho justicia. Justicia Chatista.

Quiero, desde lo más profundo de mi ‘rojo y peligroso corazón’, dar las gracias a la librería Fuentetaja por este gran y soberbio detalle… y dar las gracias a todos los chatistas, entre ellos, mi querido padre Jimmy, mi añorada abuela Avelina, Begoña Camblor, Isabel Yuste, Antonio Muñoz de Mesa, Jorge Martínez Reverte, José Luis Abellán, el Doctor Caldas, Emilio Linder,  Víctor Clavijo, Manolo Solo, Isabel Gracia, mis compañeros culturistas: Vicente Mena, José Viñas y Albero García, etc, etc, etc. Y gracias a todos los lectores de “La epopeya del Chato”. Entre todos lo estamos consiguiendo.

¡Epaña! Sí, lo he escrito sin “s”… es que así me gusta más ¡Epaña!

A. Febus

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